Y pensé que lo mejor era retratar este día, aunque siempre falten las palabras precisas para no hacer de este miércoles, un siglo en interminables líneas. Hablo de que en medio de estos días locos debo intentarlo, solo se fracasa cuando se deja de intentar.
Estos días han sido un tanto descontrolados y te sigues robando mi atención, tanto que me olvido de tu distancia, de las circunstancias del fin, de la conversación pendiente, de los encuentros extraños y lejanos y del mismo desinterés con la única idea de jugármela gastándomelo todo.
Han sido dias tan extraños en el refugio, viviendo deprisa, viví la soledad con todas mis ganas, quemé un par de etapas mientras no pensaba, no pasabas, no habías “tú”, no estaban tus sonrisas ni tus manos revolviendome el pelo, no estaba tu llamada, el sabado ni el domingo, no estaba a mi alcance tu pelo largo y negro para enredarme. Tenia todo oculto, no muerto, no olvidado. No hubo tiempo para ello en tantos meses y como para maltratar más el corazón me engagaba, no había solución ni tiempo para buscarla, así que solo… no debía sentir, debía continuar.
Salí, jugué, dormí, estudié, trabajé, la inercia de llenar el tiempo que antes disfrutaba.
Por tu parte pensarás que no volvía a jugármela, pero mi presión final fue torpe y nunca quise volver a ponerte en esa situación. Tengo que reconocer que las estrategias no son lo mio y pienso que no debiste esperarme si sabias lo que sentía, lo sincero y espontaneo.
La verdad, la locura de pronto nos juega en contra y vienen estos días de ansiedad en donde sientes que el tiempo se te escapa y haces cosas incorrectas. No seguiré así, quiro saber, ahora tengo esta idea tardía pero de verdad, la mente puesta en acercarme hasta gastarme, tengo las cosas ya más claras y si... tengo una duda quiero hacer lo que sea para despejarla y que me rompa o me llene el corazón.
Hace 12 años.
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