sábado, 27 de enero de 2007

El Caminante

Cansado el caminante se trastoca la vida
Como exaltado de las semanas que se resumen simples
Sin objetivo ni cometido pasan calcadas de un mismo color

Cansado el caminante analiza de más una sequedad y quebranto
Resume un siglo en un minuto y vive el desaliento acrecentado

Al faltar el aire limpio se intoxica de estupideces inútiles
Y colecciona cansancio en el alma, anhela dormir y purificarse

Entona tonadas esperanzadoras con melodías tarareadas con los dientes apretados
Quiere hacer propia las letras de filosóficas vivencias para reemplazar el camino vasto y seco que pisa.

Cansado el caminante se detiene en su corazón en aquel recorrido eterno que no reconoce pasajeros, pretende el caminante desde allí planear un vuelo final que jamás se ha realizado

Los días del caminante se acortan de sol y se extienden de estrellas uno tras otro
Danza de noche y deambula de día, piensa en la obscuridad y en la claridad estando quieto y dando pasos sin trayectoria, y sigue su cansancio…

Recuerda haber dibujado algunos momentos mágicos que se borraron cuando los día se vieron desprovistos de luz animada

El caminante se inyecta de un animo arrancado del suelo para replantear las horas…
Sueña el regocijo de reír a sus anchas y aguarda el suceso milagroso con la misma ansiedad con que las estaciones esperan mostrar su nuevo color…

Cansado aún el caminante se regala estas horas expresivas en frente del pasado el presente y el expectante futuro.

Ya se duerme metafóricamente el día y el resultado se siente en el corazón, el alma duerme divariando sobre el descanso y el sueño reparador que tanto ha esperado para su mente, sus ojos, sus manos y su vida.

markinpired@gmail.com

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